Reflexión Pastoral frente al Corona Virus

Enfoque REFLEXIÓN Y ORACIÓN DE UNIDAD INTERCONFESIONAL CRISTIANA en contexto de la Fraternidad Ecuménica de la Región de Valparaíso, Chile. Abril 2020

Pr. Miguel Ángel Lineros A.

Como discípulos de Cristo, desde el llamado al arrepentimiento y a creer en su evangelio santo, que  Jesús  nos hizo a todos, nos reunimos hoy para unir nuestras voces pastorales, replicando ese mismo llamado que nos hace libres del pecado y uno con el Padre Celestial (Juan 17), y uno entre nosotros.

La acción del Espíritu Santo nos hace comprender nuestra necesidad de mantenernos unidos a Cristo, ya que separados de Él nada podemos hacer (Juan 15) en este tiempo de pandemia y aislamiento social voluntario y a veces no tanto.

Nos mueve el amor al prójimo, no solo para actuar responsable y prudentemente, sino también  absteniéndonos de congregarnos en nuestros templos e iglesias, con el propósito de permanecer bajo el resguardo de nuestras casas y así prevenir el aumento explosivo de contagios. Todo ello, inspirado en el Gran Mandamiento, a saber: Amar a Dios con todo nuestro corazón, con todas nuestras fuerzas, con toda nuestra mente, y nuestro ser; y también amar a nuestro prójimo como a nosotros mismos (Mateo 22).

Hacemos un urgente llamado a comprender que este tiempo de abstención parcializada sea bien guiado en chequear a nuestra gente (familia inmediata, parientes, amigos y vecinos), especialmente a quienes son más propensos. Considerar este tiempo de un compartir diferente en casa, de compatibilizar el trabajo con el juego, el ocio, el cariño y el lavar la loza. No querer eliminar a nadie por convivencia, en especial, cuando el o la más pequeña quiere y busca seguir jugando, pues no entiende de video conferencias/reuniones y teletrabajo. Recuerda que tú eres el principal soporte para tus hijos. Ellos aprenden de ti en todo lo bueno y lo malo.

Recuerda que tenemos el  deber de  “sacar adelante la tarea de cuidar a nuestras familias” pues es posible que no haya pan fresco, debiendo cuidar  lo poco que tengas, distribuirlo o hasta volver a lo simple: hacerlo por tus propias manos.

Este tiempo será útil para sacarse los “pendientes” de casa, ya que habrá días en que solo quieras “arrancar al trabajo” para volver a “la normalidad” a pesar de que soñaste mil veces trabajar desde la casa y estar con los tuyos…y ahora?.

Seamos sabios, no para volver a la normalidad, sino a algo mejor, pero construido con nuestra gente, mi gente y la tuya, con mis pendientes de casa resuelto, aprendiendo a valorar lo que se vive y entregarlo en oración, conectándote un poco más desde tu propia iglesia, desde la intimidad de cualquier rincón de tu casa y desconectado del mundo, pero conectado con Dios…para interceder por ti, por los tuyos, y hoy día por el mundo entero.

Considera que tu primera iglesia es su propia familia en casa, enséñales a ser discípulos de Cristo desde lo simple y  lo trivial, hasta que Cristo sea para tu familia la roca que les sostiene en esta pesada tormenta de lluvia y ríos turbulentos, pues así podrán permanecer en pie cuando todo esto haya pasado. (Mateo 7:24-27 y Proverbios 10:25)

Oremos:

Padre Celestial, me entrego en humilde devoción a ti por medio de tu Hijo Cristo. Te entrego mis frustraciones, mis temores, mis rebeliones y todo aquello que levanté como un muro para mantenerme separado de ti. Limpia mi corazón y hazme un nuevo ser. Que esta vida que me has dado no la malgaste yo haciendo lo malo, sino lo que a ti te agrada. Te alabo Padre, porque he comprendido que me amas a pesar de mi mismo. Levántame Señor, toma mi mano y llévame al monte de tu santa presencia para alabarte y exaltar tu glorioso nombre porque me has rescatado. Me has dado libertad por medio de la sangre de Jesús, derramada en la Cruz para remisión de pecados. Amén

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Juan 17:21 Reina-Valera 1960 (RVR1960)

21 para que todos sean uno; como tú, oh Padre, en mí, y yo en ti, que también ellos sean uno en nosotros; para que el mundo crea que tú me enviaste.

Reflexión

 

Juan 15 Reina-Valera 1960 (RVR1960)

Jesús, la vid verdadera

15  Yo soy la vid verdadera, y mi Padre es el labrador.

Todo pámpano que en mí no lleva fruto, lo quitará; y todo aquel que lleva fruto, lo limpiará, para que lleve más fruto.

Ya vosotros estáis limpios por la palabra que os he hablado.

Permaneced en mí, y yo en vosotros. Como el pámpano no puede llevar fruto por sí mismo, si no permanece en la vid, así tampoco vosotros, si no permanecéis en mí.

Yo soy la vid, vosotros los pámpanos; el que permanece en mí, y yo en él, éste lleva mucho fruto; porque separados de mí nada podéis hacer.

El que en mí no permanece, será echado fuera como pámpano, y se secará; y los recogen, y los echan en el fuego, y arden.

Si permanecéis en mí, y mis palabras permanecen en vosotros, pedid todo lo que queréis, y os será hecho.

 

 

El gran mandamiento (Mateo 22:34-40)

(Mr. 12.28-34)

34 Entonces los fariseos, oyendo que había hecho callar a los saduceos, se juntaron a una.

35 Y uno de ellos, intérprete de la ley, preguntó por tentarle, diciendo:

36 Maestro, ¿cuál es el gran mandamiento en la ley?

37 Jesús le dijo: Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente.

38 Este es el primero y grande mandamiento.

39 Y el segundo es semejante: Amarás a tu prójimo como a ti mismo.

40 De estos dos mandamientos depende toda la ley y los profetas.

 

 

Proverbios 10:25 Reina-Valera 1960 (RVR1960)

25 Como pasa el torbellino, así el malo no permanece;
Mas el justo permanece para siempre.

 

 

 Mateo 7:24-27 Reina-Valera 1960 (RVR1960)

Los dos cimientos

(Lc. 6.46-49)

24 Cualquiera, pues, que me oye estas palabras, y las hace, le compararé a un hombre prudente, que edificó su casa sobre la roca.

25 Descendió lluvia, y vinieron ríos, y soplaron vientos, y golpearon contra aquella casa; y no cayó, porque estaba fundada sobre la roca.

26 Pero cualquiera que me oye estas palabras y no las hace, le compararé a un hombre insensato, que edificó su casa sobre la arena;

27 y descendió lluvia, y vinieron ríos, y soplaron vientos, y dieron con ímpetu contra aquella casa; y cayó, y fue grande su ruina.

Reina-Valera 1960 (RVR1960)

Deja un comentario